Sustancias de clasificación taxonómica incierta. Otras sustancias dopantes.
Por el Dr. Juan Carlos López Corbalán.
En la sección II.2.2 se deja un “cajón de sastre” donde se introducen esteroides de clasificación taxonómica incierta: aquí nos encontramos el Clenbuterol (ampliamente usado para el engorde ilegal del ganado) y el Zeranol.
II. Salbutamol. Se considera positivo éste conocido beta 2 adrenérgico cuando su concentración total, sumando la fracción libre y la combinada como glucuronato, superan los 1000 nanogramos/ml.
Para evitar un abuso de éste compuesto bajo falsas indicaciones terapéuticas, en el Anexo II del la citada resolución del 10 de Diciembre del 2003 hay una serie de protocolos para el diagnóstico del asma inducido por el esfuerzo, hiperreactividad bronquial y broncoespasmo.
Las pruebas que se usan son las siguientes:
a) Prueba de broncodilatación: usando un beta 2 agonista, se considera positiva si hay un incremento del 15 % o más del VEF1.
b) Espirometría pre y post esfuerzo. Se considera positivo si se produce una caída en el VEF1 de un 10% o más en los 30 minutos siguientes a la terminación de la prueba.
c) Prueba de hiperventilación voluntaria isocápnica. Se considera positiva si la PC20VEF1 es igual o menor de 2 mg/ml o 20 unidades respiratorias. O bien la PC20 VEF1 igual o acumulada a una dosis de metacolina de 6,6 micromoles ó 1320 microgramos.
d) Prueba con suero hipertónico (aerosol salino hipertónico al 4,5 5) Es positiva si hay un descenso del 15 % o más del VEF1 en respuesta al aerosol.
OJO: que la Metacolina (como todos los colinomiméticos) es una droga peligrosa capaz de producir un broncoespasmo. Innecesario decir que estas pruebas deberá realizarlas el especialista.
Antes de la prueba deberán cumplirse una serie de condiciones como suspender la medicación previa, evitar determinados medicamentos que puedan interferir la prueba, evitar el ejercicio intenso previo.
No vamos a insistir sobre ello, ya que para eso existen las consultas de Neumología y de las Clínicas de Medicina deportiva, con profesionales adecuadamente formados.
II.4 Diuréticos. Aquí se incluyen los siguientes compuestos:
Acetazolamida: Un inhibidor de la anhidrasa carbónica.
Ácido Etacrínico:
Amilorida:
Bemetanida:
Canrenona:
Clortalidona:
Espironolactona:
Furosemida:
Indapamida:
Manitol:
Mebutizida
Mersalil:
Tiazidas (Bendroflumetiazida, Clorotiazida e Hidroclorotiazida).
II.5 Hormonas peptídicas. Aquí nos encontramos con las siguientes:
Gonadotrofina Coriónica Humana
Otras Gonadotrofinas hipofisarias y sintéticas.
Corticotrofinas.
Somatotropina (la Hormona del crecimiento.
Factores de Crecimiento insulínico (Insulin growing Factors, IGF-1 y 2).
Eritropoietina (EPO)
Insulina
El legislador dice con acierto que “para cualquiera de éstas sustancias, alguno de sus metabolitos y/o alguno de sus marcadores que se desvíe del rango de referencia sin que exista una razón que lo justifique”.
“Otras sustancias también altamente sofisticadas” son los llamados factores de crecimiento insulínico (insulin growing factors), de los que se han descrito dos tipos, IGF-1 e IGF-2, sintetizados en los cromosomas 11 y 12. Estas sustancias presuntamente se habrían utilizado de forma experimental por sus cualidades anabolizantes. Esta terminología es mucho más moderna porque a estos factores de crecimiento insulínico antiguamente se les conocía con el nombre de Somatomedinas A, B y C , en la actualidad, después de clonar y secuenciar su composición, nos encontramos con que la IGF-1 es la Somatomedina C, y el IGF-2 es similar o muy próximo estructuralmente a la Somatomedina A. Sabido es que existen una serie de “factores de sulfatación”, conocidos por los histopatólogos desde tiempo atrás que fomentan o ayudan a la síntesis de proteínas y el crecimiento celular y que podrían ser usados en deportes “de endurancia”. La propia insulina, igualmente también tiene acciones anabolizantes por lo que se abren nuevas posibilidades al dopaje... y a la aparición de problemas de diferente tipo, ya que:
a) Como distinguimos si ha existido un uso fraudulento de la misma cuando esta sustancia nos la encontramos de forma natural en el organismo.
b) Algunos atletas pueden ser diabéticos insulino-dependientes y, por lo tanto, estar usando bajo prescripción médica dichas sustancias.
Con la GH, también llamada hormona del crecimiento o somatotropina nos encontramos que al ser una hormona hipofisaria, en la que interviene su regulación mediante uno o varios precursores, estos problemas se multiplican. Consideraremos dopaje cuando se estén tomando sustancias que no están específicamente prohibidas como la Galamina, la Ornitina o la Citrulina? Se ha postulado que dichas sustancias intervienen en la síntesis de la GH, (realizada en el brazo corto del cromosoma 17), y se ha visto que intervienen igualmente unas sustancias denominadas PIT-1 y PIT-2, genéticamente sintetizadas en los cromosomas 3 y 4. Existe igualmente un factor liberador de la GH (GHRH= Growth Hormon Releasing Factor) que se sintetiza a través del cromosoma 20.
Esta hormona, una vez liberada a la sangre sería transportada por una serie de proteínas específicas (BP, o binding proteins), encontrándose fundamentalmente una fracción de alta afinidad (de aprox. 60.000 daltons), que es la fracción mayoritaria y otra fracción en proporción mucho menor, que sería el 5 % restante y con un peso molecular de unos 100.000 dáltons.
Una forma indirecta de activar éste eje hipotálamo hipofisario sería a través de otros mediadores menos conocidos, cuyo uso no estaría nada claro si constituyen o no-dopaje en sí, como sería el péptido activador PACAP incluso el neurotransmisor químico Dopamina, nudo gordiano de algunas patologías, como la esquizofrenia o la enfermedad de Parkinson. ¿Podemos considerar a todas estas sustancias dopaje? Esta es una cuestión que deberá ser adecuadamente contestada en el momento oportuno.
Sabemos que se produce un declive en la secreción de la GH lógico con la edad y con el paso del tiempo, de aproximadamente un 15 % por cada década de la vida. La pregunta clave es si este deterioro lógico está imbricado con la bajada de la GH y si el deporte, entre otros efectos, pudiera tener un efecto beneficioso evitando el efecto de envejecimiento de nuestro organismo. Esta cuestión es de suma y capital importancia, de forma y manera tal de que se han hecho múltiples investigaciones. Unos grupos (Eliakim, 1997) dicen que la práctica del deporte es tremendamente beneficiosa desde el punto de vista de que el deporte produce una liberación de GH y evita el proceso de envejecimiento, mientras que otros (Rouillon y el Instituto Max Planck trabajando sobre diferentes grupos de deportistas, 1998) dicen que no hay modificaciones por el ejercicio.
En condiciones clínicas. La Somatotropina se utiliza a dosis de 0,15 U.I., (para la falta de medro), pero cuando se buscan sus acciones anabolizantes, las dosis son 10-20 veces superiores, y aquí pudieran aparecer una serie de importantes efectos adversos como son la acromegalia (extremadamente “sospechosas” las continuas operaciones de mentón y mandíbula, los frecuentes cambios en los aparatos correctores dentales, la clara separación entre los incisivos superiores (terminología FDI, Universal o sistema Harderup). Otras claras desventajas son que la GH es un producto diabetógeno químico muy potente, que “exprime” hasta “el agotamiento” a las células beta del páncreas y que se están notificando ya casos de neoplasias (cánceres) de páncreas, aunque, como siempre que hablamos de estos casos, la correlación no está claramente delimitada y establecida.
En cualquier caso, la problemática de uso de estas sustancias es elevada, son sustancias que,
a) Por estar presentes en el organismo de forma fisiológica, se hace difícil poder delimitar cuando ese aporte es exógeno o endógeno.
b) Al ser de naturaleza proteica, es difícil su detección, máxime cuando se están sintetizando moléculas de un peso molecular incluso aún más bajo.
c) Determinadas técnicas dopantes sólo pueden ser sospechadas, con la utilización de algoritmos de cálculo, como en el caso de la EPO.
d) Las determinaciones sobre sangre venosa son más exactas que las de orina, pero con las inconveniencias de que la toma de muestras es más agresiva y que deberá hacerse dentro las ventanas de detección, que son muy cortas.
En definitiva, la utilización del dopaje para conseguir mejores resultados en la competición es un tema muy de actualidad y que debe ser conocido y estudiado al menos en sus generalidades para favorecer un juego limpio. La lista de sustancias prohibidas es bastante completa pero debe de revisarse anualmente, porque la farmacología cambiante y las nuevas técnicas a ellos nos obligan para ir no “por delante”, eso sería imposible, pero al menos “no demasiado por detrás” de los que utilizan los atajos farmacológicos en lugar del entrenamiento agonístico, meticuloso y lancinante para conseguir sus metas deportivas.
Igualmente la legislación española indican que si se detecta algún ANALOGO sintético marcador de diagnosis o factores de liberación de alguna de las sustancias incluidas en éste grupo farmacológico o bien “cualquier resultado que indique que las sustancias detectada tiene una procedencia exógena.
El eje hipotalamico-hipofisario puede modificar la secreción de gonadotrofinas, hormonas hipofisarias y análogos de hormonas liberadoras de Gonadotrofinas. La inclusión de éstos compuesta no es ciencia-ficción: Desde hace varios años se sabía que los médicos de la extinta RDA (República “Democrática” Alemana) ya empleaban como agente generadora de fuerza la hormona típica del embarazo, la Gonadotrofina Coriónica Humana como agente dopante. Posteriormente les realizaban el aborto correspondiente. Ahora no hace falta ser tan poco éticos. Es posible producir mediante técnicas de ADN recombinante Gonadotrofina Coriónica Humana alfa que además posee la misma secuencia de aminoácidos que la HCG urinaria.
Este tipo de sustancias ya fue empleado por el equipo cubano de halterofilia (que ante el conocimiento de que en los Juegos Panamericanos iban a emplearse técnicas de control antidopaje para ésta sustancia en concreto optaron por no participar. ¿Sospechoso?
En España, de sobra son conocidas las declaraciones autoinculpatorias del médico deportivo de un club de Primera División admitiendo el uso de la Gonadotrofina coriónica. Lo que pensamos es una estupidez, puesto que es una sustancia relativamente fácil de detectar. No obstante creemos que hay otros productos de estructura peptídica que son de menor peso molecular y que es mucho más difíciles de detectar como la Goserelina (con un peso molecular de 1269), el acetato de leuprorelina (con un peso molecular de 1251), el acetato de Buserelina (peso molecular 1239) o la Triptorelina (peso molecular de 1311). Todas estas sustancias son cadenas de nueve aminoácidos, salvo la Triptorelina que tiene diez aminoácidos y que debido a esa peculiaridad de su estructura química, son muy difíciles de detectar.
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