PSEUDOCIENCIA. PSEUDOMEDICINA.
Introducción. Pseudociencia. Pseudomedicina. Clasificación de las pseudomedicinas. Diagnósticos. Pseudocientíficos. Reflexológicos. Bioenergéticos. Adivinatorios. Pseudoterapias. Reflexoterapia. Sensoterapias. Naturistas. Manipulativas. Pseudofísicas. Psíquicas. Esotéricas. Curación Espiritual. Curanderismo. Medicina popular. Medicina étnica. Medicina histórica. Productos milagro. Clasificación. Nuevos alimentos milagro. Consejos a los consumidores. Cómo actuar ante los productos milagro. Caso real: retirada del mercado de un producto ilegal. Porqué no es válida la homeopatía. Referencias. Legislación. Bibliografía. Revistas. Páginas Web. Bitácoras
Por el Dr. Rafael Menéndez-Barzanallana
Introducción
Actualmente vivimos en un entorno de grandes avances tecnológicos logrados gracias a la ciencia a lo largo de su historia, sin embargo, existe mucha desinformación sobre varios aspectos del conocimiento humano. Se observa, que por diversos motivos, un gran número de personas no consigue distinguir fácilmente entre una realidad posible y una realidad ficticia.
Esta dificultad en separar lo real de lo irreal, permite la aparición y proliferación de personas o grupos organizados que fomentan la desinformación con la finalidad de obtener ventajas de algún tipo (económicas, políticas, etc.), y con este fin promueven conscientemente la desinformación y la ignorancia. Sorprende que en el siglo XXI gran número de personas crean en cualquier cosa por disparatada que parezca, incluso cuanto más absurda sea, más seguidores logra.
En la jerga escéptica a este tipo de personas se les denomina magufos, haciendo referencia a quienes ejercen o supuestamente investigan una pseudociencia. Puede ser un sanador, un reportero de revista ufológica, un astrólogo o vidente o un divulgador de falsas creencias. A diferencia del crédulo, están activamente comprometidos con su pseudociencia, posiblemente a nivel profesional.
Mientras que crédulo hace referencia a quien no es escéptico, el tipo de personas a las que intentamos convencer para que usen el sentido crítico. A lo mejor es un consumidor pasivo de esoterismo, o está seriamente enganchado a la pseudomedicina o a la pseudociencia, con los riesgos consiguientes para su salud y economía. La palabra creyente se restringe a creencias religiosas. En este contexto, crédulo no es una palabra despectiva.
Pseudociencia
Una pseudociencia es cualquier conjunto de ideas que afirman ser verdaderas y basadas en la ciencia, o de un nivel de conocimiento superior, pero que no cumplen con los estándares científicos, es decir, no son consistentes con hechos reproducibles que puedan ser establecidos experimentalmente. La ciencia y la pseudociencia son contrarias, como lo son la racionalidad y la religión.
Según Mario Bunge (1919-) las pseudociencias pueden reconocerse sin necesidad de ser un experto, por reunir al menos dos de las siguientes características:
-Invoca entes inmateriales o sobrenaturales inaccesibles al examen empírico.
-Es crédula. No somete sus especulaciones a prueba alguna.
-Es dogmática. No cambia sus principios ni cuando falla ni a consecuencia de nuevos hallazgos.
-Rechaza la crítica. La forma más peculiar que tiene la pseudociencia para rechazar la critica de la ciencia es alegando que es dogmática, o que se cierra (la ciencia) en una resistencia psicológica que niega el fenómeno.
-No encuentran ni utilizan principios generales. Los científicos, por el contrario, utilizan y buscan principios generales.
-Sus principios son incompatibles con algunos de los fundamentos más firmemente establecidos por la ciencia.
-No interactúa con ninguna ciencia en particular y lo que es más grave toma sin dar nada a cambio. Es decir utiliza términos, teorías o ideas enteramente científicas para manejarlas y deformarlas según convenga, a cambio, la pseudociencia no proporciona nada.
-Es fácil, no requiere un largo aprendizaje. Esto se debe a que no se fundamenta sobre un cuerpo de conocimientos auténticos. La pseudociencia y sobre todo sus especialistas y divulgadores no deben aprender biología, ni realizar trabajos de química orgánica o vérselas con la física cuántica o las matemáticas más duras y puras. Tan sólo repiten conocimientos, en gran parte adquiridos de los auténticos científicos y de las leyes y teorías que establecen, o bien inventan fórmulas carentes de sentido e imposibles.
-Se mantiene al margen de la comunidad científica. Es decir, sus practicantes no publican en revistas especializadas ni participan en seminarios ni en congresos abiertos a la comunidad científica.
-No busca la verdad de forma desinteresada.
La pseudociencia no puede progresar porque se las arregla para interpretar cada fracaso como una confirmación, y cada crítica como si fuera un ataque. Como la magia y la tecnología, la pseudociencia tiene un objetivo primariamente práctico, no cognitivo, pero, a diferencia de la magia, se presenta ella misma como ciencia y, a diferencia de la tecnología, no goza del fundamento que da a ésta la ciencia.
Pseudomedicina
Una práctica médica se denomina alternativa si se fundamenta en principios no comprobados, carentes de cualquier base científica. Estas mal denominadas medicinas alternativas se suelen basar en creencias metafísicas y contrarias al método científico, siendo en la realidad actividades típicas de curanderos. Cuando se practican junto con la medicina científica se les suele llamar medicinas complementarias. En conjunto son una pseudociencia, que se acostumbra a conocer como pseudomedicina.
Por pseudomedicina se entiende toda técnica, disciplina o teoría que con apariencia de ser una técnica, disciplina o teoría médica, no lo es, y por tanto no cumple el objetivo principal de la medicina que es curar.
Es frecuente que los defensores de las pseudomedicinas afirmen que hay médicos y farmacéuticos que las ejercen habitualmente en su actividad profesional. Lo que si está claro es que los profesionales que obran así utilizan y mezclan conceptos incompatibles con el conocimiento científico que deben de haber adquirido sobre el cuerpo y la salud. Lo más lamentable es que suelen ser plenamente conscientes de ello y sin embargo ejercen las pseudomedicinas porque les beneficia económicamente o porque han tenido dificultades para encontrar una salida profesional a su carrera. Aunque en algunos casos es posible que no se dan cuenta de dicha contradicción, ya que es frecuente que en las carreras de medicina no se enseñe el método científico y otras herramientas para distinguir la charlatanería de los tratamientos basados en la evidencia. Un caso llamativo, aunque no único, es por ejemplo la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia, donde se imparte un master sobre una materia claramente pseudomédica, la homeopatía.
La desesperación, frente a un estado de salud deficiente, es la causa más frecuente de la toma de decisiones siguiendo los peores consejos de la denominada medicina alternativa o complementaria. Cuentan con infinidad de practicantes que a su vez forman parte de una gigantesca e intrincada red de alternativas a la medicina alopática (medicina basada en la evidencia), y que tienen en común su antagonismo y desconfianza hacia la medicina científica, y que se presentan como figuras nobles perseguidos por los oficialistas y movidos únicamente por el bien del paciente. Sus defensores predican acerca del poder de la energía universal, de las emanaciones internas y de las directrices que pueden ayudar a sanar, defienden la certidumbre de que las personas pueden curarse a sí mismas, incluso en enfermedades consideradas científicamente como incurables. Algunos afirman ser portadores de la sabiduría antigua y otros se van al otro extremo, diciendo ser los precursores del mundo del futuro, el Movimiento de la Nueva Era.